jueves, 31 de diciembre de 2015

Mis versos del año

Hoy le escribo al pasado,
con un cierto aroma del presente...
pero con mucho futuro por delante.

Primero,
debería ser sincero con vosotros.
No esperéis a la poesía más bonita del año,
por qué no lo es.

Así que, no os fiéis de la estructura,
ni de la métrica,
ni de todos los sentimientos,
momentos y personas,
que se ocultan tras metáforas,
paradojas e hipérboles.

Son tantos los recuerdos,
que me faltan versos...
e incluso poesías
para plasmarlo en este papel vírgen.

Pero comencemos;
Pasaron tres cuartos de poesía
para poder comenzar a escribirla...
Aunque puede que se haya recitado
pero nunca la tinta
había descrito los sentimientos
en forma de letras...

También,
puede que me esté adelantando..
Y esta poesía se haya empezado escribir
mucho tiempo antes...

Enero...
el frío del invierno impregna
el sentimiento de este mes,
de estos versos...
Nunca antes la palabra frío
había ido tan acordé con lo que
provocó la marcha del presente
hacia un pasado, donde el futuro
no encontraba motivos
para vivir el momento...

Febrero, la cuna del cambio...
Barcelona testigo de ello
se acongojaba ante la luz
 que se abrió,
para hacer ameno
la contradicción de sentimientos.

Marzo, la palabra "Amistad"
acapara cada sentimiento,
que reposa al final de cada verso,
para dar consejo
al eco que fraguó
del beso
al que tantas veces regreso...

Abril, dos miradas bastaron
para reconocer la belleza efímera,
que marcó estos tiempos
y el compás de un pentagrama
aún sin descifrar...

Mayo, dos cuartos de poesía
se escribieron el 15 de este mes...
Las letras formaron versos
y las calles de Madrid fueron testigo,
de la luz que aún habita en nuestro alma.

Junio, el comienzo de un prólogo
que significó el fin del capítulo,
donde Lisboa y Oporto
cambiaron el destino,
de lo que hasta ahora habíamos conocido.

Julio, la luna reflejada
en la orilla del mar.
Paseos por el puerto
donde en la senda del camino
confluyen pasado y presente,
un guiño al futuro
y un recuerdo aún en mente...

Agosto, el fin del verano
prosigió con el comienzo,
del cuarto restante de poesía...
¡Pues que sería yo sin estos versos,
y sin las razones que me hacen escribirlos¡

Septiembre...
Quizá fue Francia,
quizá el destino.
Pero volvió a emerger la ilusión
y el futuro cambio de ritmo.

Octubre y Noviembre,
presos del olvido.
La tristeza del Otoño
fue insignificante...
Pues marcaron el compás del Alba
y de los atardeceres más bonitos
que se habían visto.

Diciembre, mi parte favorita de Madrid.
El colorido transcurso de sus calles,
las caricias recorriendo la geografía de su cuello
y la lucidez de su sonrisa.
Invitaban a contemplar a la Puerta del Sol
en el más triste de nuestros días...

Hasta aquí, se recogen los recuerdos en estos versos,
Adversos,
Tenues,
Esperanzadores y
Risueños, pero...
Siempre,siempre sinceros.