miércoles, 11 de noviembre de 2015

Tardes de magia sin varita





Tú, que cambiaste todo, sin cambiar nada,
siendo capaz de hacer florecer
a las flores más bonitas,
en el más triste atardecer.


Tú, que acabaste con mi mundo,
para convertirte en el...
Una noche, dos te quiero, tres susurros...
Y esos labios angelicales con sabor a miel.


Tú y yo, bajo el mismo cielo tenebroso,
intentando desvanecernos de la soledad,
soñando lo insoñable...
Quien sabe, los sueños pueden hacerse realidad.


Esas tardes de magia,
sin varita, sin trucos...
Me bastaba con mirarte a los ojos,
para viajar a las profundidades de un nuevo mundo.


Pero los viajes acaban,
y ahora sus recuerdos fenecen conmigo...
Quise pernoctar en tu barco,
pero terminé naufragando, en las aguas del destino.


Lo sé, sigo añorando tu esencia,
y maldiciendo tu ausencia...
 Pasaste de ser mi vida,
a ser un recuerdo, fruto de la supervivencia....































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